En los últimos años las empresas de datacenter o con grandes sistemas de servidores han comenzado a cambiar baterías tradicionales por las de iones de litio para mejorar la disponibilidad de sus centros de datos, el uso del espacio y los costos de mantenimiento, más allá de que el cambio supone una inversión que se verá amortizada en varios años.
Las baterías de litio «duran cuatro veces más que las VRLA (de ácido-plomo) tradicionales. Desde mi experiencia, dependiendo del fabricante, las baterías de iones de litio pueden durar entre 10 a 15 años», sostiene Luis Rugarcía, directivo de Vertiv Latin America, compañía dedicada a la instalación y mantenimiento con clientes en Brasil, Chile, Colombia y México.
«Las baterías de plomo ácido duran un máximo de 1500 ciclos en promedio, mientras que las baterías de litio suelen durar cinco veces más”. afirma.
Además «ahorran hasta un 70% de espacio y suelen ser un 60% más ligeras, por lo que aportan mayor flexibilidad en cuándo y cómo utilizarlas, lo que permite la instalación con menos tiempo y esfuerzo, destaca.
En comparación con las baterías VRLA, las de iones de litio «ofrecen ahorros a largo plazo a través de menores costos operativos, lo que resulta en un menor costo total de propiedad para los centros de datos. Tienen una vida útil estimada de 10 a 15 años», agrega en referencia a que se elimina el costo de reemplazar baterías cada tres o cinco años.
“Si bien la inversión inicial es mayor, el retorno de inversión de ésta es de aproximadamente diez años, lo que las convierte en una excelente opción para quienes quieren y necesitan las ventajas que ofrecen, así como quienes desean proteger sus equipos por un período de tiempo más largo, sin la intervención de los sistemas de respaldo de energía asociados a aplicaciones críticas.” explica Rugarcía.
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