El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará el 12 de abril próximo a cuatro países europeos con el fin de renegociar deudas con el Club de París por 2.400 millones de dólares, para lo cual necesita un visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI), otro acreedor con el que aún no hay acuerdo.
Los temas centrales que abordará Guzmán en su gira por Alemania, Italia, España y Francia serán «la renegociación con el FMI para alcanzar un nuevo acuerdo y la deuda con el Club de París», dicen voceros del ministro.
En esos países europeos tiene previsto mantener reuniones con ministros de Economía y Finanzas, además de otros funcionarios y dirigentes del sector privado, tal como hizo la semana pasada en Washington y Nueva York en medio de un clima adverso provocado por el «fuego amigo»: las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner según las cuales la deuda con el FMI «es impagable». El presidente Alberto Fernández las corroboró cuando Guzmán ya había regresado al país.
A diferencia de la deuda con el FMI, motivo de una denuncia penal contra el gobierno de Mauricio Macri bajo el cargo de propiciar una «fuga de capitales», los compromisos con el Club de París responden a una refinanciación de 2014, durante la gestión de Axel Kicillof, por entonces ministro de Economía y actual gobernador bonaerense.
Los voceros de Guzmán detallan que la próxima gira europea del ministro apunta a «construir entendimientos sobre lo que la Argentina necesita para estabilizar su economía» y «conseguir los apoyos necesarios de los accionistas del FMI para concretar un programa que le sirva a la Argentina» en referencia a los miembros del Grupo de los 7 países desarrollados, entre ellos los europeos de la próxima gira.
Subrayan que el presidente Fernández «se encuentra completamente alineado al ministro de Economía» y «viene manteniendo conversaciones telefónicas con los principales líderes europeos para buscar respaldo en las negociaciones». Del «fuego amigo» ni hablar.
La judicialización de la política, tan común en la Argentina de los últimos años, no contribuye a nada. Nadie espera una condena a funcionarios del Gobierno de Macri por el acuerdo con el Fondo. Gran parte de ese préstamo (57.000 millones de dólares de los cuales llegaron 45.000) se destinó a pagar deuda pública contraída por el gobierno de Fernández de Kirchner, aducen los acusados. Tampoco se esperan condenas en la causa «dólar futuro» que involucra a la gestión presidencial de la actual vicepresidenta.
El Club de París, formado por potencias económicas con créditos a países en desarrollo y cuya creación (1956) se debe a un cese de pagos de la Argentina, pone como condición para refinanciar deudas que haya un acuerdo previo con el FMI.
Para avanzar en un entendimiento con el Club de París, Guzmán deberá responder a las contradicciones de su propio gobierno y al hecho de que la demanda judicial por propiciar una «fuga de capitales» involucra también a funcionarios del FMI que suscribieron el acuerdo «stand by»que se busca refinanciar porque es «impagable», según el presidente y la vicepresidenta de la Nación.

Uno de los funcionarios que podría tener que desfilar por los tribunales argentinos es David Malpass, el presidente del Banco Mundial, la entidad «gemela» del FMI, quien fue quien avaló el préstamo de contingencia firmado con la Argentina en 2018, cuando era el «número dos» de la Secretaria del Tesoro (Ministerio de Economía) estadounidense durante el gobierno de Donald Trump.
A este hecho se atribuye que la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, no se haya reunido con Guzmán en su visita a Washington. Además hace presumir que la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, planteó el caso de la denuncia penal durante su último encuentro con el ministro argentino.
Estos son los detalles que preceden a la gira europea de Guzmán en momentos en que se da por descontado que no habrá acuerdo con el FMI hasta después de las elecciones legislativas de octubre próximo.
Guzmán pasará la mayor parte de su gira europea en París, sede de las periódicas reuniones del club de acreedores homónimo que son presididas por un alto funcionario de la Tesorería de Francia. El copresidente y vicepresidente de estas sesiones son también funcionarios de la Tesorería francesa.
Hace unos días, Fernández declaró a la radio Del Plata dijo que «semejantes cifras» del endeudamiento «lo único que dan cuenta es de cuánto nos posterga la situación que tenemos con el Fondo».
«Ahí tiene razón Cristina, ¿qué posibilidades tenemos nosotros de pagar 18.000 millones de dólares el año que viene? Ninguna. Si ya nos cuesta mucho pensar en pagar 3.500 millones de dólares este año», afirmó el presidente al respaldar las declaraciones hechas por la vicepresidenta.
«En verdad, lo que estamos diciendo, es que la deuda que heredamos, en los términos en que está, es impagable», apuntó al señalar que el objetivo del Gobierno es «ver cómo negociar con el Fondo para obtener las mayores ventajas y, en eso, Martín (Guzmán) está trabajando mucho y a mi juicio lo está haciendo bien».
En las últimas décadas de la decadencia argentina, todos los Gobiernos han «heredado» deudas de las que culpan al anterior, la razón por la que parece que mirar al futuro es ver el pasado.
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