Los gastos imprevistos para atender la emergencia del rebrote de contagios con la Covid 19 le jugarían una mala pasada al ministro de Economía, Martín Guzmán, si no fuera porque son equivalentes a lo que se espera recaudar por el Aporte Solidario Extraordinario y las mayores retenciones por la suba del precio de la soja y otros granos en los mercados internacionales.
Así lo indica un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) que prevé que el Fisco tendrá ingresos adicionales por 200.000 millones de pesos por la recaudación de derechos de exportación no previstos en el Presupuesto 2021 y otros 300.000 millones por el también llamado impuesto a los ricos.
La pauta presupuestaria de este año se hizo en base a una cotización de la soja de 350 dólares por tonelada (ahora ronda los 570 luego de llegar a un pico de 603) y no previó gastos para una «segunda ola» de contagios con coronavirus a pesar de que se sabía que podía ocurrir por la falta de vacunas y experiencia de otros países.
La suma de los ingresos ingresos adicionales equivale a alrededor del 1,2 % del Producto Bruto Interno (PBI) y permitirían reducir el déficit primario del 4,2% de la última revisión presupuestaria a un 3%, lo que dejaría a Guzmán en mejores condiciones para renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre todo porque no se distribuyen a las provincias por la coparticipación federal de impuestos.
El IARAF consideró el agravamiento de la pandemia en el curso de la segunda ola y el efecto fiscal que tendrá en función de la falta de previsiones en la elaboración del proyecto de Presupuesto presentado en septiembre del año pasado.
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