«Aplaudo la aparición de una nueva dirigencia que asume el compromiso de luchar por la reivindicación de la Argentina popular e igualitaria”, dijo Casella en un reportaje al programa radial Volviendo Al Norte, que se emite por FM 913 Radio Simphony.
“Lousteau -actual senador nacional- es un actor importante en este proceso, es joven, inteligente, tiene buena formación, un discurso que se comprende, un carisma adecuado porque los jóvenes de acercan a él”, dijo Casella, en diálogo con los periodistas María Laura Oliva y Alfredo Goijman.
En tanto Posse, intendente de San Isidro, tiene para el ex ministro de Trabajo, «el mérito de una gestión de gobierno que ha sido eficiente, y que tiene continuidad por decisión popular”.
“Posse es intendente desde hace tiempo porque la gente lo vota, y lo vota porque gobierna bien y gobernar bien en la Argentina de hoy, es un mérito muy necesario para que el país evolucione”, consideró Casella.
Sostuvo el político radical que “todos los partidos deberían abrir espacios para la participación de los jóvenes, promover esa participación y una de las razones de mi continuidad en política, -no pretendo ningún cargo- es abrir espacios para que los jóvenes entren a la política”.
Casella admitió que el radicalismo “tiene hoy fuertes desequilibrios” pero, sin embargo “está presente en la sociedad” y esto se vio “en las ultimas elecciones internas del 21 de marzo donde votaron en la provincia de Buenos Aires 120 mil personas, en una movilización espontánea porque el voto en la UCR no es obligatorio. Además es el único partido político argentino que recurre al voto interno”.
Analizó seguidamente: “carecemos de una dirigencia adecuada, tenemos una mediocridad dirigencial que llevó a perder presencia, no hay grandes ideas, hace mucho que no hay debate, hace mucho que los radicales no nos convocamos para pensar cómo queremos diseñar la salida para este país”.
“Me parece que ese es un defecto muy grande que retrasa la aparición del radicalismo en el escenario político, pero también retrasa la búsqueda de soluciones colectivas para la Nación.”, agregó.
“Posse es intendente desde hace tiempo porque la gente lo vota, y lo vota porque gobierna bien y gobernar bien en la Argentina de hoy, es un mérito muy necesario para que el país evolucione”.
Explicó que este problema se originó en los años 90 cuando “el pragmatismo ganó espacio, y mucha gente piensa que los partidos políticos son plataformas electorales, y nada más. Es decir, piensan en términos de cargos públicos y no de ideas, conceptos y valores”.
Históricamente, agregó, “los políticos pensaron primero en términos de ideas, de conceptos y de valores y después compitieron electoralmente”, en cambio ahora “los políticos argentinos tienen una tendencia de creer que los partidos políticos sean instrumentos electorales y nada más. Y por eso no hay debate en la Argentina, no hay discusión sobre temas básicos: como organizamos la economía, la salud pública para no repetir esta tragedia, como consolidamos el proceso de enseñanza”, entre otros temas.
“Hay temas centrales que no se debaten no se discuten y estamos en una disputa de la extrema para un lado, de la extrema para el otro, de un lado Cristina Kirchner, del otro Patricia Bullrich y ese tipo de disputa deforma e impide la evolución a una convivencia civilizada”.
Advirtió que el radicalismo “debe ser fiel a su partida de nacimiento. Cuando Leandro N. Alem decidió fundar a la Unión Cívica Radical dijo “la nuestra es la causa de los desposeídos”.
“En este momento la Argentina tiene un problema social enorme: 42 por ciento de pobreza, lo cual es inmoral e inexplicable”, sentenció.
“El radicalismo tiene que estar dentro de Juntos por el Cambio para favorecer las soluciones progresistas, para imponer el cambio social, para transformar a la Argentina para que vuelva a ser un país justo con buena distribución del ingreso. Que nadie diga que esto es culpa de este o aquel gobierno: hay un proceso argentino de decadencia, del que todos participamos en alguna medida” y en tal sentido subrayó que “los radicales debemos hacer autocrítica”.
Dijo además que lo angustia la situación que atraviesa el país, también por la pandemia, y por “un gobierno que parece tener dos cabezas, y en un sistema presidencialista como es el argentino, un gobierno con dos cabezas no funciona nunca bien”.
“Me angustia el hecho de que no encontremos la salida para todo esto, a partir de la búsqueda de políticas de estado consensuadas que nos fijar un punto en el horizonte que nos conduzca a la salida. La salida es la convivencia civilizada, es el aprovechamiento de las riquezas potenciales, la libertad de pensamiento y de acción, en convivencia con un adecuado nivel de vinculación con la gente, no la política entendida como agresión, como enfrentamiento, como lucha permanente”.
Al radicalismo “hay que preservarlo, que sirva como le ha servido a la nación. Si el radicalismo corre peligro de pérdida de identidad y extinción debemos hacer todos los esfuerzos necesarios los radicales para reconstruirlo, para devolverle identidad, para devolverle presencia política y devolverle representatividad social”, concluyó.
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