El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, advirtió hoy que aplicará “la ley de abastecimiento y de precios máximos” vigente desde 1974 si no se cumple el congelamiento de los precios de más de 1.200 productos alimentarios, de tocador y de limpieza por el plazo de 90 días.
«Evidentemente, si no se llega un acuerdo vamos a tener que aplicar las leyes. Es algo que trato de impedir, porque creo en los acuerdos sociales», sostuvo.
Además señaló que los empresarios del sector de bienes de consumo masivo enviarán «una contraoferta» a la decisión oficial de congelar los precios hasta el 7 de febrero próximo.
«Por ahora hay resistencias en los productores. Estamos negociando. Me tomo como plazo el lunes para que en una u otra dirección se pueda cerrar, pero esto no puede seguir», subrayó Feletti en declaraciones radiales.
«Se rompe el equilibrio social de la Argentina. La canasta alimentaria se lleva puesto al salario, no aguanta ni la paritaria», aseguró el funcionario que este martes reemplazó a Paula Español al frente de Comercio Interior.
Remarcó que el Gobierno apunta a «garantizar el abastecimiento y los precios para un buen nivel de consumo en este último trimestre». Este es el desafío más inmediato, más urgente», agregó.
Feletti advirtió que si no hay un acuerdo con los empresarios, se aplicarán la ley de Abastecimiento y «políticas de precios máximos no consensuadas».
La ley de Abastecimiento fue sancionada en 1974, durante el último gobierno del general Juan Domingo Perón, pero fue modificada en 2014, durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se autorizó al Ejecutivo a intervenir en los mercados para fijar precios y márgenes de utilidad cuando lo considere necesario.
La legislación vigente también permite al Gobierno a aplicar sanciones, suspender comercios y realizar allanamientos y procedimientos en establecimientos industriales sin orden judicial.
Feletti admitió que «el intento de ordenar una política de precios genera malestar».
«Es el comportamiento empresario. Si hay malestar en los empresarios, hay más malestar en el pueblo», apuntó.
Además, aseguró que «entre oferentes y comercializadores de alimentos no hay más que 30 empresas. La concentración tiene un beneficio, que son pocos, y un perjuicio, que son poderosos».
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